China inicia políticas proteccionistas

martes, 23 de junio de 2009

Durante las últimas semanas el gobierno de China se está esforzando para mantener como sea la economía de exportación, a pesar de que la demanda de sus productos ha caído en picado con la recesión mundial.

Parece ser que los dirigentes chinos ya no tienen miedo a la posible ira que puedan provocar en Estados Unidos y otros socios comerciales, ya que el gobierno ha comenzado silenciosamente a adoptar medidas políticas encaminadas a fomentar las exportaciones, mientras que pretende también reducir las importaciones, a pesar de que eran precisamente ellos los que criticaban el proteccionismo de otros países.

El gobierno ha ampliado drásticamente tres programas para ayudar a los exportadores, dándoles mayores rebajas fiscales, más generosos préstamos de los bancos de propiedad estatal para financiar el comercio, y aún más, también paga los viajes de los empresarios para que puedan promocionarse en ferias comerciales de todo el mundo.


Mientras se aprueban todas estas medidas, el gobierno ha prohibido a todas las empresas locales, provinciales y nacionales públicas adquirir mercancías importadas, excepto en los casos en que no exista sustituto chino.

También se están tomando esfuerzos para fortalecer a los exportadores nacionales, limitando la salida del país de ciertas mercancías.

Los socios comerciales de China ya han tomado cartas en el asunto. Ron Kirk, el representante comercial de los Estados Unidos, anunció el martes 23 de junio que tanto su país como la Unión Europea habían presentado una queja ante la Organización Mundial del Comercio acusando a China de limitar las exportaciones de bauxita y zinc, para dar una ventaja injusta a los fabricantes chinos que utilizan los materiales.

Según declaró Michael R. Wessel, la política de China “no es más que la continuación y aceleración de muchos planteamientos proteccionistas que se han tomado en el pasado para promover el desarrollo económico”.

Lo cierto es que este tipo de políticas pueden servir de ayuda a la economía China, y que muy probablemente ésta seguirá creciendo, pero a riesgo de aumentar las tensiones del comercio mundial en un momento delicado, cuando la mayoría de países están recurriendo a medidas administrativas para restringir el comercio y la OMC ha advertido que no dará vía libre al proteccionismo.

Los socios comerciales de China se muestran cada vez más molestos por los incentivos que el gigante asiático realiza para construir una economía basada en el consumo interno y las exportaciones internacionales.

Lo más probable es que China esté centrándose en mantener la competitividad de las exportaciones para evitar pérdidas de puestos de trabajo, jugando así a largo plazo a reequilibrar el crecimiento y reducir la dependencia de las exportaciones. Esta estrategia es muy peligrosa, ya que toda medida proteccionista, tanto implícita como explícita, puede llegar a ser muy difícil de retirar.

Además de los citados movimientos, el gobierno Chino ha dado un parón al aumento del Yuan frente al dólar interviniendo fuertemente en los mercados de divisas, virtiendo así miles de millones de yuanes para adquirir después dólares y otras monedas extranjeras.

Algunas empresas extranjeras radicadas en China también empiezan a sentirse incómodas, ya que según declaran, los gobiernos provinciales parecen haber reducido los esfuerzos para combatir la falsificación y la vulnerabilidad de la propiedad intelectual. Y esto afecta claramente a estas empresas, ya que así los consumidores chinos sienten menos necesidad de comprar las mercancías importadas cuando pueden comprar mucho menos costosos ejemplares fabricados en su país.

Hace unos pocos meses, el Primer Ministro Wen Jiabao ya anunció que su país se basaría en el consumo interno para mantener el crecimiento económico a partir de las exportaciones. Estas declaraciones fueron recibidas con cierto escepticismo por los economistas y gobiernos de todo el mundo, un escepticismo que, desde entonces, se ha ido convirtiendo en hostilidad.

A pesar de los estragos que la recesión mundial ha causado en las economías impulsadas por las exportaciones – sólo en Japón han descendido un 45 por ciento -, las exportaciones de China a los Estados Unidos cayeron sólo un 12,1 por ciento en los cuatro primeros meses de este año, en comparación con los datos de hace doce meses.

Durante el mismo intervalo, las exportaciones estadounidenses a China se redujeron un 17,2 por ciento.

Sin embargo, el déficit comercial de EEUU, paradójicamente, se redujo a 67 mil millones de dólares, de 75 mil millones.

Uno de los objetivos que se ha trazado la Administración de Obama para esta legislatura será reducir aún más el déficit comercial, ya que hasta ahora, por cada 4 dólares que EEUU importa de mercancías procedentes de China, ellos exportan 1 dólar al gigante asiático.

Lo cierto es que a día de hoy China no produce algunos tipos de equipos y deberá importarlos. Puede que exista un margen para los productores extranjeros.

Por ejemplo, hay numerosas multinacionales extranjeras que trabajan y están instaladas en China produciendo todo tipo de mercancías que pueden utilizarse para cubrir los pedidos nacionales en el país asiático.

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